ber llegado á las antefronteras de un mundo absolutamente nuevo. Por lo demás, en el primer viaje, el contemplador de la naturaleza procuraba menos esplicar que enumerar las rejiones que descubria.
Al dirijirse á la invisible Babeque, el almirante divisó al SE. una tierra, que los indios le dijeron ser Bohio, en la cual secomian los hombres, Parecian tener mucho horror á las jentes de Caniba,[1] habitadoras de aquella isla, ó de su vecindad, y pretendian que aquellos feroces deprendadores, mantenidos de carne humana, tenian la cabeza como de perro, y solo un ojo en mitad de la frente; así es que cuando vieron al almirante, que, á pesar de su descripción, tomaba el rumbo de Bohio, quedaron sobrecojidos, hasta el punto de no poder hablar. Impelida por una fuerte brisa iba la Santa Maria á todo trapo, y como eran favorables las corrientes, se deslizaban con rapidez las carabelas hacia la isla misteriosa; pero habiendo sobrevenido la noche, la pasaron bordeando para esperar el dia.
El 6 de Diciembre entró el almirante por una ensenada, que puso bajo la invocación de la vírjen. Al SO. avanzaba un hermoso cabo, y en homenaje á Maria, la estrella del mar, lo nombró de la Estrella. Viéronse ademas muchos promontorios y ensenadas, á las cuales
- ↑ De este nombre se deriva el de Canibal, equivalente de antropófago.