Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/320

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lacion no continuaría el viaje con el resto, sino que ha- bia de castigar severamente tan pérfido y odioso proce- der. Respondióle el gobernador con arrogancia, que allí nadatenian que ver con los monarcas de Castilla, ni con sus cartas, y que le baria saber lo que Portugal valia. Cuando hubo agotado sus fanfarronadas, prorumpió con insolencia que el almirante podia si queria tornar al puerto con su carabela, que él por su parte, habiendo obrado con arreglo á las instrucciones de su rey y se- ñor, estaba tranquilo. Tuvo Colon que limitarse á fulminar terribles ame- nazas por tamaña deslealtad, y obligado por la ajitacion del mar volvió á la bahia, que por cierto no presentaba la mayor seguridad. Su primer cuidado entonces fué el de prevenirse contra cualquier evento. Estivo la carga é hizo un lastre provisional llenando de agua las pipas vacias. Pero de nada le sirvió su precaución, pues aque- llos desleales enemigos le cortaron las amarras, viéndose el virey en la necesidad de huir en las tinieblas de la noche, buscando en ancha mar un abrigo contra la mal- querencia de la costa. Por espacio de treinta y seis ho- ras permaneció . en los peligros mas inminentes, porque entre los hombres que conservaba á bordo no habia sino tres marineros; que el resto lo componían indios y novi- cios. Felizmente, las olas no azotaban á la Niña mas que por una banda, en vez de acometerla en todas direccio- nes como en los dias anteriores; y Cristóbal, con el co- razón siempre levantado hacia su divino maestro, le dio gracias por la disminución del peligro. El Viernes 22 de Febrero, por una repentina reso- lución, habiendo vuelto á echar el ancla en el mismo puerto de donde tuvo que salir, vio á un hombre aji- tando una capa y haciendo señales á la carabela para que esperase. A breve rato llegó la chalupa con dos eclesiásticos y un escribano; los que, después de pedir resguardo para sus personas, le suplicaron les mostrara sus papeles para asesorarse de que realmente servia á