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HISTORIA DE LA
tro. Según otros, por el contrarío, se hallan magníficos bosques, abundantes en madera para construir casas. Estas observaciones son ciertas, si se refiere la primera á la parte nordeste y sudeste del territorio , y la segunda á la parte oeste y sudoeste; no siendo por lo demás de admirar la gran variedad de aspecto que ofrece un pais tan vasto como este, pues en la Europa misma tenemos ejemplos mas notables de ella en una escala mucho menos estensa. Tampoco es de olvidar que el hombre no ha llevado allí aun la actividad fecunda de su industria; siendo lo que ha obtenido con ella, bajo latitudes frias y en paises todavía mas ingratos, una prueba de lo que pudiera hacer en esta, si la poblacion, aumentada en América en la misma proporcion que en Europa se diese á cada tierra su importancia y valor.

Todos los autores no obstante están de acuerdo en reconocer que sobre el límite de la zona septentrional de la Patagonia, el suelo es mas productivo que en la rejion del sur. En el norte se detiene complacida la vista sobre la risueña pradera donde á veces los frutales de Europa, trasplantados por los primeros colonos españoles, se confunden con el sauce del pais. Causa una agradable sorpresa hallar en las riberas del Rio Negro la higuera, el cerezo, el manzano y la viña con toda la riqueza de una vigorosa vegetacion. En suma, fuera del territorio que confina con la república de Buenos Aires, el aspecto de la parte conocida de la Patagonia es esencialmente uniforme. Grandes llanuras donde no se divisan mas que escasos matorrales abrasados por la sequedad, algunos montecillos acá y acullá que se elevan en medio de eriales privados de toda sombra, tal es el triste panorama que se descubre á la vista del estranjero en un radio muy estenso del territorio patagon.

Constitucion del terreno.— Al llegar aquí nos vemos precisados á consultar la bella obra de Mr. Alcide de Orbigny sobre la América meridional. Este hábil naturalista que ha recorrido durante ocho años consecutivos todo el hemisferio austral del nuevo mundo, permaneció ocho meses en la Patagonia estudiando las riquezas minerales y animales de este misterioso pais, viviendo bajo la tienda del indíjena. Así es como ha podido damos á conocer con los pormenores mas minuciosos todas las partes de aquella vasta rejion que debió tener tiempo de visitar , tales como la zona septentrional , próxima al Rio Negro , y la zona oriental hasta la península de San José. Es una fortuna verdaderamente el poder referirnos en este punto á una obra tan preciosa como la de Mr. de Orbigny, por quien además hemos tenido el gusto de ser autorizados para ello. Confesamos pues con toda franqueza que cuanto vamos á decir sobre el norte de la Patagonia y la poblacion que la habita, es el resumen de las relaciones y de la opinion del sabio viajero, cuya única guia merece toda confianza en semejante materia. Muchas veces le habremos de citar textualmente , porque hay casos en que no puede remplazar el análisis á la cita exacta , y porque hay en las obras de este jénero períodos que no permiten el estracto y conviene reproducirlos tales, como son, só pena de alterar el asunto á que se refieren y sujetar á su autor á una torpe diseccion. No quiere esto decir que haya tal necesidad, sino para las cosas que forman el carácter que las distingue esencialmente, como los detalles de las costumbres, y de ningun modo para lo que no es parte integrante del cuadro de un pais ó del retrato físico de un pueblo.

Tampoco dejarémos por esto de examinar cuidadosamente la opinion de otros viajeros y aprovecharnos de las noticias que faciliten, haciendo las inducciones á que dieren lugar en nuestro concepto sus contradictorias aserciones , aunque adhiriéndonos siempre al testimonio de Mr. de Orbigny, como la autorídad mas preferida, y bajo cuyo nombre se distinguirá nuestro trabajo.

El Viaje d la América meridional no es el solo libro que nos ha suministrado las noticias curiosas, y bajo