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Historia de un amor turbio

que hubiera tenido novio. En seguida adquirió con la nobleza de Eglé al hablarle así, la convicción absoluta de que era efectivamente digna de él.

—Muy bien; te agradezco mucho lo que acabas de decirme; pero yo también te juro que si hubieras hecho lo que yo quería hoy, siempre serías para mí tan digna de respeto como ahora concluyó recogiéndola.

—Bueno, mi amor, se acabó.....

Eglé se recostó á él, temblando de doloroso desahogo final en escalofríos que le recorrian todo el cuerpo. Un momento después Rohan sintió en el cuello una gota tibia profundamente enternecido, rodeóle la cabeza.

—No, mi alma.....

Ella entonces se oprimió más, conteniendo sus sollozos.

Te quiero tanto!

—Si yo también te quiero! Bueno, se acabỏ…....