Página:Historia de un amor turbio - Los perseguidos (1908).pdf/157

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
157
Historia de un amor turbio

Su inteligencia le decía bien que ése no era modo de raciocinar; pero su amor, demasiado sensibilizado y pervertido por los celos, le pedía á gritos raciocinios de esa especie. Su claro juicio le afirmaba: «Eglé no me lo dijo al principio únicamente por lucha de seducción; no haber querido nunca es un encanto más. Después no tuvo valor para decírmelo, temiendo el disgusto que me daría. Cómo exigir más violencia de sinceridad de un alma femenina?» Pero la perversión deductiva desviaba á tal punto las menores palabras sueltas y silencios recordados, que se enfangaba en las más abominables suposiciones, donde rodaban Eglé, Mercedes, la madre, hasta detenerse con un resoplido en ese vértigo de lodo.

En sus momentos de mayor odio á Eglé abía acudido al recuerdo de su hermana; a evocación de Mercedes, que en otras ocasiones lo había excitado siempre, disgustába-