Esta página no ha sido corregida
176
Historia de un amor turbio
Si, señora; hace ya casi cinco años.
—Y Vd. vive allá? Eso sabíamos. Y agregó con sencilla curiosidad:
—Quedaron Vds. en buena posición? Es decir...
—Si, soy hijo único; mi madre murió hace mucho.
Y volvió á preguntar, naturalmente:
—Pero fortuna grande, creo, no ?
—Muy grande, tal vez no; pero en fin....
No tendría el gusto de ver á Eglé?
—Oh, no faltaba más, Rohan! Mercedes!
anda á ver qué hace tu hermana. — Tornando la cabeza á medias á Rohan, añadió con una sonrisa:
—Dile que está bien como está, que no se arregle tanto.
Rohan, por cortesía, se sonrió también al recuerdo. Un momento después ola los pasos de Eglé y ésta entró. Contra todo lo que es—₁ peraba sintió al mirarla gran curiosidad, pero.