Página:Historia de un amor turbio - Los perseguidos (1908).pdf/210

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
210
Historia de un amor turbio

cas de la excitación me corrian sin cesar por el cerebro. Aunque estaba serio, á cada instante cruzábame por la boca una sonrisa convulsiva. Mordíame los labios esforzándomecomo cuando estamos tentados—en tomar una expresión natural que rompía en seguida el tic desbordante. Todas mis ideas se precipitaban superponiéndose unas sobre otras con velocidad inaudita y terrible expansión recti— línea; cada una era un impulso incontenible de provocar situaciones ridículas y sobre todo inesperadas; ganas locas de ir hasta el fin de cada una, cortarla de repente, seguir esta otra, hundir los dos dedos rectos en los dos ojos separados de Díaz Vélez, dar porque si un grito enorme tirándome el pelo, y todo por hacer algo absurdo—y en especial á Díaz Vélez. Dos o tres veces lo miré fugazmente y bajé la vista. Debía de tener la cara encendida porque la sentía ardiendo.

Todo esto pasaba mientras el mozo acudía