Página:Historia de un amor turbio - Los perseguidos (1908).pdf/233

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
233
Los perseguidos

nteligentísimo peleando con el techo, que quedaba curado para siempre de gracias sicológicas.

Al día siguiente, á las ocho de la noche, un muchacho me entregó esta tarjeta:

Señor: Lucas insiste mucho en ver á Vd. Si no le fuera molesto le agradecería pasara hoy por esta su casa.

Lo saluda atte.

Deolinda S. de Roldán.

Yo había tenido un día agitado. No podía pensar en Díaz sin verlo de nuevo gritando, en aquella horrible pérdida de toda conciencia razonable. Tenía los nervios tan tirantes que el brusco silbido de una locomotora los hubiera roto.

Fuí, sin embargo; pero mientras caminaba el menor ruido me sacudía dolorosamente. Y