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Historia de un amor turbio
infinidad de cosas nimias, prueba de que se sentía más bueno y más contento. Mercedes le respondió con igual extensión. Supo así que Lola se había casado, pero que en cambio ella, á pesar de su belleza, corría gran riesgo de no hacerlo nunca. «Tengo ya veintiséis años y Vd. está tan lejos! Se compuso del todo de su estómago? — etc., etc.» VIII Ciertamente, una de las primeras visitas de Rohan fué á lo de Elizalde. Apenas lo vió Mercedes desde el comedor, gritó á adentro:
—Mamá, mamá! Rohan está aquí! El duque de Rohan, mamá !
Y se precipitó á su encuentro.
—Ya no podía más, amiga. Por fin la veo!
—Y yo me moría. No se encontró con pa-