Página:Historia de un amor turbio - Los perseguidos (1908).pdf/95

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
95
Historia de un amor turbio

Por fin se retiraron. Rohan iba adelante con Eglé y no hablaban. Ella, por su parte, había estado sin ánimo en la estación y regresaba pensativa. Al rato Rohan comenzó á hallar ridiculo para sí ese silencio.

—Se divirtió?—volvióse á ella.

—No mucho—respondió Eglé, oprimiéndose la nuca.

—Le duele la cabeza?

—No, me pesa un poco. Qué aburrimiento!

No sé cómo á Mercedes le gusta eso.

—Ella tiene otro modo de ser. A mí tampoco me divierte.

—Yo creía que sí......

—Absolutamente.

Se callaron. Luego Rohan murmuró:

—Curioso que tengamos el mismo gusto...

Arrepintióse en seguida de haberlo dicho, sobre todo por su fingida ironia.

A pesar del silencio de Eglé, habiale parecido á Rohan notar en el brec, primero;