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HISTORIA DE UNA ANGUILA
casa y dile a mi señora que no se enfade..., que me voy una horita... a casa de Pliumin, a dormir... ¿Comprendes? A dormir un ratito... en los brazos de Morfeo.
Y lanzando miradas al cielo, el inspector mueve tristemente la cabeza, levanta los brazos y dice:
—¡Así se pasa la vida!...