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HOSPITAL Y COFRADÍA DE LOS OLLEROS 101


siquiera de pasada lo hemos visto citado, así como tampoco de los muchos hospitales que hubo en el mencionado arrabal, nos ha sido posible averiguar si alguno de ellos perteneció al gremio de alfareros ([1]).

Después del poco lisonjero éxito obtenido en la investigación del archivo de la referida iglesia parroquial, fuente que considerábamos la más rica que pudiera haber referente al gremio de los olleros, hemos perdido por ahora la esperanza de poder contestar satisfactoriamente á los dos interesantes puntos ya enunciados; ó sean: las razones porqué las Ordenanzas de Sevilla omiten toda disposición tocante al régimen y gobierno del referido gremio, y también las noticias relativas á la hermandad y al hospital del mismo.

Alguna luz nos dá, sin embargo, el proceso seguido contra el ollero Francisco Gómez, pues dedúcese de su lectura que el gremio de olleros sevillanos en la primera mitad del siglo XVI, poseía ordenanzas y tenía un sello propio para marcar sus obras. De dicho documento pasamos á extractar los siguientes datos:

En miércoles 6 de Junio de 1548, Lope de Molina, Fiel ejecutor, manifestó que en casa de la Camacha « que vende loça y cantaros en la ollería tiene por costumbre vender cántaros sellados para açacanes faltos del tamaño y marca que han de tener.»

  1. Entre los del siglo XVI tenemos noticia de los de Santa Ana, Nuestra Sra. de la O, de los Mareantes, de San Bernardo, del Santísimo Sacramento, de Santa Catalina, junto á la iglesia de Santa Ana, de Santa Brígida, en calle Castilla, de los Angeles, en la de Santo Domingo, de San Julián cerca de la mencionada calle, de San Onofre, de Santa Maria de las Cuevas y de la Encarnación, sito en la Cava; de San Sebastián de la Victoria, en el convento de este título, del nombre de Jesús contra los juramentos, etc. En Sevilla habíalos en número extraordinario, y de algunos se sabe las corporaciones á que correspondían. Por ejemplo el de San Jorge, que era de los albañiles (en San Andrés) el de los molineros y atahoneros, bajo la advocación del mismo Apóstol; el de los barberos, llamado de Santo Domingo; el de los albéitares y herradores, en la collación de Santiago, el de los tejedores de lienzo en San Lorenxo y otros más, que sería prolija su enumeración. Hubo también una cofradía y hospital con el título de las Santas Vírgenes Justa y Rufina, en la collación de la Magdalena, de la cual, á principios del siglo XVI formaban parte de ella muchos olleros; sin enbargo, nunca hemos leido que fuera exclusiva de aquéllos, probándolo así el hecho de que formaban parte de ella artifices de otros oficios.