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ÉPOCA MAURITANA

intereresante descubrimiento, al despojar su cúpula de las espesas capas de cal y de los emparchados de tierra y yeso con que en el siglo XVIII ocultaron sus labores de lacería de ladrillos, hábilmente resaltada sobre el fondo del cascarón. Tuvimos á nuestro cargo dirigir la restauración que entonces se efectuó; y con gusto observamos, que en los puntos principales de intersección de los lazos que cubren toda la bóveda, los albañiles mahometanos colocaron rombos de azulejos esmaltados de verde malaquita.

Otro ejemplo análogo nos ofrecen las partes conservadas al presente, de un cupulino también almohade, que existe en la iglesia de San Esteban. Dé los ocho lados de que constaba, hállanse hoy al descubierto cinco, pues los restantes fueron destruidos para dejar sitio á uno de los contrafuertes del ábside. En los ángulos, aún se ven las pechinas de arista viva, características de las construcciones mauritanas. Difícil sería hoy, contando sólo con este resto de la primitiva fábrica, reconstruir las demás partes de la mezquita, pero, fijándonos en el lugar en que se halla el mencionado resto, podríamos conjeturar que correspondería al mihrab. Los adornos que cubren la cupulita (bastante más pequeña que las demás de este tiempo existentes en Sevilla), ofrecen una variante en cuanto al dibujo de las lacerías, pues en vez de estar compuesta de una red de lazos que se extienden por todo el cascarón, en la de San Esteban vemos que desde la clave, bajan en sentido vertical, dejando espacios libres en igual forma, y anudándose en los centros. También en los puntos de intersección de los lazos, hay rombos de azulejos negros; ó que ú lo menos, así nos han parecido, vistos desde abajo. Bien podrían ser de mármol dichas piezas, pero, como en las demás obras mauritanas que hemos citado y en las que nos quedan por citar hallamos invariablemente empleadas las piezas de azulejería, fundándonos en tal circunstancia, estimamos que pueden ser del mismo género las de la cúpula de San Esteban.

En 29 de Enero de 1892, acordó el Municipio sevillano que se procediese á restaurar el bello torreón llamado de Santo Tomás ó del Homenaje, el cual formó parte de los que sirvieron de defensa á las murallas del viejo Alcázar. También tuvimos á núes-