temores hasta el grado más inminente, el piston del condensador ha mostrado de un modo evidente una alteracion en la atmósfera. A las diez no pude dudar ya del considerable aumento que tenía de densidad. A las once, no era menester emplear sino muy escaso trabajo con el aparato y á las doce me determiné con cierto recelo á destornillar la manga. Viendo que ningun inconveniente me producía, abrí sin titubear la cámara de caoutchouc y desenfundé la barquilla.
Segun debí haber previsto, la consecuencia inmediata de esperiencia tan precipitada y llena de peligros, fué una violenta jaqueca acompañada de espasmos; más como semejantes inconvenientes y vários otros tambien en la respiracion, 10 eran de suficiente magnitud para poner en riesgo la vida, me resigné á sufrirlos con tanta más paciencia, cuanto que todo contribuía á que creyese durarían muy poco, y desaparecerían progresivamente y de minuto en minuto, segun me fuera acercando á capas más y más densas de la atmósfera lunar.
Entretanto mi descenso se verificaba con una extraordinaria impetuosidad y no tardé en cerciorarme con espanto, de que si bien no me habria probablemente equivocado al contar con una atmósfera, cuya densidad fuese proporcional al volúmen del satélite; habia sí cometido el error de contar, con que semejante densidad pudiese ni aun en la superficie, ser bastante á soportar el peso enorme, contenido en la barquilla del