En su consecuencia, cuando hube conseguido establecer una serie de caracteres legibles, ni siquiera pensé que pudiera ser dificil hallar la significación.
En el caso actual, así como en todos los de escritura secreta, lo primero que se ha de buscar es el idioma de la cifra, pues los principios de solución, particularmente cuando se trata de las cifras más sencillas, dependen del genio ó de la indole de cada lengua y pueden modificarse. Por regla general no hay más remedio que tantear sucesivamente, guiándose por las probabilidades, todos los idiomas que uno conozca, hasta que se encuentre el bueno, es decir, el que da la cifra; pero en el caso presente, toda la dificultad en este punto quedaba resuelta por la firma. El geroglífico sobre la palabra Kidd no es posible sino en la lengua inglesa; á no mediar esta circunstancia, habría comenzado mis ensayos por el español y el francés, por ser los idiomas que un pirata de aguas españolas debía haber empleado naturalmente para guardar su secreto: pero en nuestro caso, parecióme que el criptograma debía ser inglés.
Observará usted que no hay espacios entre las palabras; si hubiesen existido, el trabajo se habría simplificado mucho; entonces hubiera comenzado por hacer un análisis de las palabras más cortas, y me bastaba encontrar, como siempre es probable, una palabra de una sola letra, á ó I (un, yo), por ejemplo, para considerar la solución como resuelta; pero no habiendo espacios, érame preciso ante todo buscar las letras predominantes, así como las que se encuentran en menor número.
Las conté todas y formé la siguiente nota: