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Página:Historias extraordinarias (1887).pdf/62

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Edgardo Poe

medida que se comienza a mirarla de lleno. En el último caso hieren el ojo mayor número de rayos; mientras que en el primero se reciben más completos y la susceptibilidad es mucho más viva. Una profundidad exagerada debilita el pensamiento, haciéndole vacilar; y hasta es posible figurarse que Venus ha desaparecido del firmamento cuando se fija y concentra demasiado directamente la atención.

En cuanto á ese asesinato, hagamos nosotros un examen antes de formar opinión alguna. Un informe nos serviria de pasatiempo (parecióme aquella expresión extraña, aplicada en semejante caso, pero no hice observación alguna); y además, Lebon me ha prestado un servicio al que no quiero mostrarme ingrato. Iremos á visitar el teatro del crimen, y observaremos con nuestros propios ojos. Yo conozco á G......, el prefecto de policia, y me será facil obtener la autorización necesaria.

Alcanzado el permiso, nos dirigimos sin tardanza á la calle de Morgue: es uno de esos miseros pasajes que enlazan la calle de Richelieu con la de San Roque..

Era ya bastante entrada la tarde cuando llegamos, porque aquel barrio estaba lejos del nuestro, pero muy pronto encontramos la casa, pues habia mucha gente que contemplaba desde el otro lado de la calle con cándida curiosidad las ventanas cerradas. La casa, asi como todas las de Paris, tenia puerta cochera, y en uno de los lados una especie de nicho que representaba la habitación del conserje. Antes de entrar remontamos la calle, dimos la vuelta y pasamos por detrás de la casa; Dupin examinaba esta última, así como los alrededores, con una minuciosa atención, cuyo objeto no pude adivinar.

Después retrocedimos, y una vez delante de la fachada principal, se llamó á la puerta; enseñamos nuestro pase y los agentes nos permitieron la entrada.