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Introducción, objetivos y metodología 19


configuración administrativa ha implicado la existencia de diferentes actuaciones simultáneas, como programas europeos y planes nacionales y regionales, lo que exige un considerable esfuerzo de coordinación de las políticas.


Desde la perspectiva regional, las zonas menos desarrolladas padecen desventajas estructurales en su intento de articular un modelo de desarrollo basado en la innovación. Afirmación que se justifica en la carencia de aquellas funciones que pueden activar procesos de innovación en las empresas, por lo que estas regiones se encuentran en una situación desfavorable para competir, siendo necesaria, por tanto, la intervención del sector público para reducir su déficit funcional frente a áreas más avanzadas. Para corregirlo, los gobiernos ponen en marcha un gran número de instrumentos no excluyentes, que abarcan diferentes áreas, y que deben plantearse dentro de una estrategia de conjunto.


Castilla y León se encuadra en las regiones que tienen un menor nivel de desarrollo económico y una tradición innovadora e investigadora escasa. En el año 2000, su Producto Interior Bruto per capita no supera el 85% de la media de los países de la Unión Europea; y su gasto en investigación y desarrollo tecnológico (IDT) en porcentaje al PIB es 0,64, cuando la media española es 0,94 y en Alemania o Francia supera el 2 [1] .


Desde el año 1983, en que se aprueba el Estatuto de Autonomía de Castilla y León, las autoridades regionales tuvieron la capacidad legislativa que se recoge en sus competencias para tomar iniciativas que favoreciesen el desarrollo económico regional. A lo largo de los años, los responsables políticos de la Comunidad Autónoma han buscado reducir la desigualdad existente para acercarse a regiones con mayores grados de bienestar, con la finalidad de conseguir mejores resultados en términos de convergencia real. En este sentido, el Gobierno Regional no es ajeno a la relevancia de la innovación tecnológica como fundamento del desarrollo regional y, por tanto, a la necesidad de una adecuada política de apoyo.

A partir de mediados de los años sesenta, en los países occidentales y, con cierto retraso, en España, se ha optado por la creación y la consolidación de las infraestructuras


  1. El dato de PIB per cápita se obtiene de las estadísticas regionales de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas. El esfuerzo tecnológico es facilitado por el Instituto Nacional de Estadística.