142 PANORAMAS DE LA VIDA
—Yo iba á pedirle ese favor . . . . por que todavia no lo sabe V. todo ....
—Pues qué hay aún ?
—Ay ! señora, cuando las desgracias vienen sobre un pobre, le toman amor, y ya no quieren dejarlo.
Ayer llegamos al Pasage muriendo de sed, porque no habíamos probado agua desde el Rosario. Hice beber al niño, y cuando estaba apretando las cinchas para vadear el rio, un hombre que bajó detrás de mí acompañado de cuatro peones, se me puso por delante y se quedó mirándome con tanta desvergiienza, que le pregunté si encontraba en mí algo de estraño.
—Y lo pregunta el ladronazo ! —exclamó con una risa de desprecio—lo pregunta el bribon, y acaba de tomar mi gateuo de la madrina, casi á mis propios ojos! Mira! ya puedes soltar ese caballo y largarte con tu recado en la cabeza, que no quiero entregarte á la justicia.
—¿Quiéres ser tú quién se largue?--grité encolerizado con aquel infame que, como el otro, queria tambien quitarme mi caballo, el único bien que poseo. Pero él, asiólo del freno y á mi de los cabellos ; y llamó á sus peones, que me rodearon empuñando sus cuchillos.
Cegóme de tal manera la rábia al verme tan inícuamente atacado por aquel hombre, que lo desasí