442 PANORAMAS DE LA VIDA
y sus fatales consecuencias. No solo habia asesinado á su esposa, ocultando su delito, la habia deshonrado. Un remordimiento profundo, un dolor sin nombre invadieron su alma; y corriendo hácia el general, sus lábivs se abrieron ya para acusarse y justificar á Aurelia; pero dirijiendo una segunda. mirada al fondo de su conciencia, se vió tan horrible, que por la primera vez de su vida, tuvo miedo y calló.
Desde aquel dia su valor se convirtió en ferocidad; su dolor en una rabia insaciable contra la humanidad entera.
En las batallas, en los combates de guerrilla, y en los frecuentes motines militares de aquella época, Aguilar jamás daba cuartel; mataba sin piedad ; se bañaba con placer en la sangre de sus víctimas, y contemplaba con avidez sus agonias.
El desdichado queria olvidar, queria sepultar en un abismo de atrocidades el recuerdo de su crímen. Vana esperanza! sobre la sangre de los bolivianos y de los soldados rebeldes, veía aparecer otra sangre que clamaba contra él; y entre los gritos de los combatientes y los clamores de los moribundos, oía siempre elevarse un sordo gemido, siguiéndose luego el ruido de un cuerpo que cae en el agua !
Entonces, hundiendo ias espuelas en los flancos de su caballo, huía de aquel sitio creyendo huir del implacable recuerdo; y atravesaba los llanos, los