UN VIAJE AL PAIS DEL ORO 187
profundo desvanecimiento en que yacía. Era tiempo: las llamas iban ya á consumirlo todo.
En ese momento, mi hermano y el cónsul del Perú llegaron trayendo á Emilia, á quien encontraron sola entre la multitud.
Al sentirse arrebatada de su cama en medio del sueño, la pobre niña perdió el conocimiento. Vuelta en sí á impulsos de su mismo terror, dió gritos llamándome en su auxilio. Pero al escuchar el nombre que Emilia invocaba; su raptor la puso bruscamente en tierra; miróla con unos ojos que la hicieron estremecer y se alejó, perdiéndose entre la multitud.
El establecimiento de madama Gerard ha sido devorado por el fuego. Felizmente, su hijo ha llegado de las minas trayendo consigo un millon, y van á regresar á Francia. Me habria muerto de pesar si hubiera ocasionado su ruina. Porque estoy persuadida que ese hombre es el autor del incendio. Juzga si debo apartarme un punto de mi hermano. Ocultándole mis terrores y la persecucion de ese hombre, para evitar un conflicto, he obtenido de él que me lleve consigo. Andrés, hermano mio, quédate con nosotros.
—Harto la anhela el corazon, la dije, tú lo sabes bien; pero el deber me llama lejos de tí. Samuel confía en mí para realizar sus proyectos.