214 PANORAMAS DE LA VIDA
extraviados brillaron con un fulgor sombrío, casi feroz.
—Dios de Jacob !—esclamó alargando su crispada mano y hundiéndola en la resplandeciente masa —dame de tu eternidad un corto espacio para gozar con la vista y el tacto de esta maravilla; y despues lleva mi alma donde plazca á tu voluntad.
Una horrible convulsion ahogó la voz de Samuel, que se agitó algunos instantes en violentos espasmos, quedando luego sin movimiento.
Creílo dormido.
Entonces me acordé que al lado de Samuel, caido y moribundo, habia una carta abierta y estrujada. Busquéla y la hallé á mis piés. La letra era de Isacar; y gracias al conocimiento del dialecto calabrés. pude leer lo que sigue, que extracto de un cúmulo de esas injurias y denuestos atroces que abundan en el diccionario popular italiano:
«Demasiado tiempo abusaste de nuestra ignorancia en achaque de números, infiel depositario de unas piezas ganadas á riesgo de nuestra vida, á precio de nuestra sangre, y robadas por tí, miserable poltron, que solo contabas el mérito de ocultarlas; y que las ocultabas tan bien á fe, que parecian luego una ilusion álas manos que las habian conquistado. Pero no