GETHSEMANI
(A La SEÑORITA ANA PINTOS)
Era el dia primero de los Azimos, aquella fiesta solemne, simulacro del fin del cautiverio egipcio y del regreso á la patria.
El cumplimiento de las profecías se acercaba, y Jesús, viendo llegada su hora, dejó la aldea de Bethania, donde moraban Lázaro, Marta y Maria, aquellos amigos que él tanto amaba, y seguido de sus discípulos llegó delante de Jerusalen.
—Maestro, dónde quieres que preparemos la Pascua?—dijéronle éstos.
—1d, les respondió—y llegados á la primera fuente seguid á un hombre que, lleno el cántaro, lo asienta en-la cabeza y vuelve á su casa. Entrad en ésta y decid al dueño:—El Señor desea comer contigo la Pascua.
Los discípulos obedecieron, y Jesús, sentado en una piedra quedóse solo. :
La hora de nona habia pasado hacia largo tiempo;