UNA QUERELLA 63 esperanza de encontrarte, venia á pedir á José la direccion de tu eden para enviar audazmente un mensagero en busca tuya; y meiba dando al diablo la solapada reserva de aquel taimado, cuando héte aquí, como llovido del cielo para acompañarme al teatro, y hacer los honores del palco á la linda Alina Wilson. ¿Sabes que la Bazuri nos ha dedicado á ambas su funcion de beneficio?
¡Ah! imagina la magnifica aparicion de dos jóvenes tan bonitas, servidas por el leon de los salones, el codiciado ensueño de tantas hermosas, el bello Enrique de Mendoza!
Qué triunfo! ...... Pero ¿qué es lo que tienes, primo mio? esclamó la elegante parlanchina, notando de pronto el aire sombrio con que su interlocutor escuchaba aquella larga tirada.
—i¡Nada! querida Luisa. Hablabas con tal entusiasmo que no dejabas lugar para colocar una frase.
—i¡Nada y estas pálido, y con un aire que huele á tragedia, de una legua!
—Visiones de tu fantasía, linda prima—repuso el jóven, haciendo un supremo esfuerzo para llamar á sus lábios una sonrisa.—Ni qué preocupacion resistiria ála perspectiva de una deliciosa velada entre dosastros de belleza!. . . . . Pero yo supongo que este traje es por demas inconveniente. . ... +