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20 PANORAMAS DE LA VIDA

inaudita en los fastos de su administracion; mas volviendo luego de su asombro á impulsos de la cólera, avanzó hácia Belzu con el puño levantado. Pero el jóven oficial dando un paso atrás, y desnudando á medias su florete, le dijo con serenidad y mesura—Conténgase V. E., y lleve entendido, que, si valiéndose de su autoridad, quiere ultrajarme, la nacion me ha dado esta espada para hacer respetar al soldado que la sirve.

Santa Cruz se contuvo, en efecto; pero mordiéndose el labio de rabia, llamó á su guardia, y haciendo aprender á Belzu, lo mandó en reclusion á la fortaleza de Oruro.

Un dia que el coronel Ballivian pasaba por aquel punto con el batallon 1” que mandaba, fué á visitar en su prision al ayudante que le habian quitado para enviarlo al destierro. Ballivian lo estimaba. Llamábalo el bajo del batallon; lo echaba de menos y escribió ¿Santa Cruz pidiéndole su libertad y su antiguo puesto en el cuerpo.

Santa Cruz concedió lo primero; pero envió á Belzu como supernumerario al batallon N”. 3, que se encontraba en Chichas, y que poco despues pasó de guarnición á Tarija.

Allí, Belzu conoció, amó y se unió en matrimonio con una hija del general Gorriti, emigrado argentino.

Demasiado jóvenes ambos esposos, no supieron