El núcleo no difiere de la envoltura en coloración ni en el aspecto general de la masa. Pero rompámoslo y limpiemos las ruinas. En él se descubren menudos fragmentos de oro, copos de plumón, tiritas de piel y jirones de carne, todo ello hundido en una pasta térrea semejante al chocolate.
Puesta sobre un carbón incandescente, esta pasta, bien limpia y privada de sus partículas cadavéricas, se ennegrece mucho, se cubre de hinchazones brillantes y despide chorros de ese humo acre en que tan bien se reconocen las materias animales quemadas. Toda la masa del núcleo está, pues, perfectamente impregnada de carroña.
Tratada la envoltura de igual manera, se ennegrece asimismo, pero no tan bien; apenas humea, ni se cubre de hinchazones de negro azabache ni en parte alguna contiene jirones cadavéricos semejantes a los del núcleo central. En ambos casos, el residuo de la calcinación es una fina arcilla rojiza.
Este somero análisis nos da a conocer la cocina del Phaneus. El manjar servido a la larva es una especie de pastel hojaldrado... La empanada es un picadillo de todo lo que pudieron desprender del cadáver los dos escalpelos de la caperuza y los cuchillos dentados de las patas anteriores, o sea, borra y plumón, huesecillos quebrantados, tiritas de carne y de piel. La ligazón de este guiso, dura ahora como el ladrillo, era al principio gelatina de fina arcilla, saturada de jugo de la corrupción. En fin, la envoltura de pasta hojosa de nuestro pastel de hojaldre está aquí representada por una envoltura de la misma arcilla, menos rica que la otra en extracto de carne.