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LA VIDA

y suculenta para explicar esta predilección por una especie única? ¿Encuentran las larvas en esta invariable caza mejores jugos que los que encontraría en otra? No lo creo; y si el Cerceris de L. Dufour caza indistintamente todos los Buprestis, es que sin duda todos los Buprestis tienen las mismas propiedades nutritivas. Pero los curculiónidos deben de estar, en general, en el mismo caso; sus cualidades alimenticias deben de ser idénticas, y, por lo tanto, esta elección tan sorprendente no es mas que cuestión de volumen y, por consiguiente, de economía, de fatiga y de tiempo. Nuestro Cerceris, el gigante de sus congéneres, ataca con preferencia al Cleonus ophtalmicus, porque este gorgojo es el mayor de nuestras comarcas y quizá también el más frecuente. Pero si esta caza preferida llegase a faltarle, se contentaría con otras especies, aunque fuesen más pequeñas.

Por lo demás, está lejos de ser el único que se dedica a la caza de gente de trompa, de gorgojos. Otros muchos Cerceris, según su tamaño, su fuerza y las eventualidades de la caza, capturan curculiónidos de los más variados en género, especie, forma y magnitud.

Tenemos, pues, que de ocho especies de Cerceris cuyas provisiones de boca consisten en coleópteros, siete se dedican al régimen de gorgojos y una al de los Buprestis. ¿Por qué singulares razones están encerradas en tan estrechos límites las depredaciones de estos himenópteros? ¿Cuáles son los motivos de estas preferencias tan exclusivas? ¿Qué rasgos de semejanza interna hay, pues, entre Buprestis y gorgojos, que exteriormente no se parecen en nada, para que sean pasto de larvas carnívoras congéneres? Entre una y otra víctima