Página:Julio Cortázar y el relato fantástico.djvu/51

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no ya la realidad en si, sino los sentimientos del fotógrafo que desarrolla una estrategia de expresión en Ia cual la realidad es sólo una excusa para transmitir mensaje. Por último está la foto-regla, que intenta producir signi■cado y reglar Io que es deseable o no, bueno o malo, tal como sucede en la publicidad. Teniendo en cuenta este planteo, el protagonista de Apocalipsis, toma las fotos con la intención de rescatar una realidad (foto-ventana), para “llevarse” una parte de esa realidad que ha visitado. Pero él no sólo es quien toma esas fotos sino que es uno de sus espectadores y, comotal, no accedea ese registro inicial sino que construye una versión de la realidad más profunda a partir del contexto en que esas tomas han sido realizadas. Las imágenes, entonces, ya no son un mero registro de Ia realidad sino disparadores de memoria, de vivencias, de analogías, de asociaciones. En los dos primeros párrafos de Las babas del diablo, el narrador plantea la di■cultad de trasvasar una experiencia al lenguaje. La lengua, fuertemente categorizada (personas gramaticales, número, género, tiempos verbales, etc. ), resulta un instrumento limitado para representar una realidad caótica, múltiple, in■nita. En el primer párrafo, se plantea, por ejemplo, la focalización a elegir, y a lo largo del cuento va variando, va ■uctuando el narrador, que pasa alterna- tivamente de la primera a Ia tercera persona, dela identi■cación con la mirada del personaje (narradortestigo o protagonista) a la mirada de un narrador ajeno a los hechos, distante de los mismos ( narrador omnisciente, fuera del mundo narrado)‘. De entrada, el cuento plantea Io ambiguo, lo inde■nible: entonces un instrumento de documentación . La segunda (foto-espejo) re■eja es que esto va a sercontado. Mejorque sea yo que estoy muerto, que estoy menos comprometido que el resto ; yo que no veo más que las nubes y puedo pensar sin distraerme, escribir sin distraerme, yo que estoy muerto (y vivo, no se trata de engañar a nadie, ya se verá cuando llegue el momento, porque de alguna manera tengo que arrancar y he empezado por esta punta, la de atrás, la del comienzo, que al ■n y al cabo es la mejor de las puntas cuando se quiere contar algo). (p.201) Entonces tengo que escribir. Uno de todos nosotros tiene que escribir, si 53