Página:Julio Cortázar y el relato fantástico.djvu/86

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reencuentro de los enamorados. El narrador -traductor y escritor- advierte la presencia del género: “me lo decía desde laradionovela”(DPC: 176), y no puede creer en su funcionamiento porque el sistema de verosimilitud que rige el melodrama no se corresponde con el verosímil del relato policial que modeliza su interpretación de los hechos, cuyos modelos son relatos escritos: “Inútil decinne que a esa altura me estaba dejando lle varpor deducciones tipo Dickson Carr o Ellery Queen” (DPC: 173). Coherentemente con estos modelos, ‘Cortázar va recogiendo pistas, se entera del plan a través de un documento escrito -u na carta-y pretende resolver la situación basándose en el mismo sistema de jerarquías en el que con■aba Hardoy. Imagina una posicion de superioridad basada en su dominio de los códigos escritos y agrega una hoja extra a la carta que traduce: “Que yo fuera el traductor de las frases sentimentales de Anabel parecía danne un prestigio casi confesional” (DPC: 170). Ante la ine■cacia del recurso, desarrolla un razonamiento paranoico que desdobla el sentido de la palabra “inocente” en relación con la ley. De ese modo, se imagina inocente frente a la culpabilidad de William: la primera reacción que tiene ‘Cortázar’ al conocer Ia muerte de Dolly es pensar que “se vengó” (DPC: 175), pero no se re■ere a Marucha sino a William, autor intelectual del crimen cuyo único objetivo sería inculpar al traductor con la prueba escrita de las cartas. A continuación, se de■ne inocente de complicidad frente a nuevos temores de pruebas escritas: “Cómo mierda hacerte entender que William no se iba a conformar con eso ahora, que seguramente escribirle para perfeccionar su venganza, para denunciada a Anabel y de paso meterme en el ajo porencubridof’ (DPC: 176-177). Finalmen- te, huye de su domicilio por temor a ser perseguido y se coloca así en el lugar de inocencia de la víctima. Descartada la posibilidad de ser testigo presencial, los espacios de culpable, encubridor y víctima son visitados por ‘Cortázar en este recorrido de cuento que culmina en el Santa Fe Palace. La aparición del delito marca una frontera que delimita Ia existencia de dos espacios irreconciliables. No hay en el cuento un juicio moral que condene el asesinato, ni pena por la víctima, que más bien parece ser la única culpable. Lo que emerge enel texto a partir del delito es la experiencia producida por el enfrentamiento de dos naturalezas heterogéneas, y en este sentido se puede 89 funciona un sistema de lealtades quese cumple sin sobresaltos, incluyendo el