Página:La Antígona de Sófocles - La Apología de Sócrates - Las poetisas de Lésbos (1889).djvu/121

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
121
DE SÓFOCLES

EL MENSAJERO

Esa... herida mortalmente, y después de girar moribunda en torno del ara sagrada, cerró por último los ojos á la luz, habiendo llorado primero la muerte gloriosa de su hijo Megareo, difunto antes que éste; luego la de éste; lánzando, por último, su maldición sobre tí, por considerarte el asesino de su hijo.

CREONTE

Estrofa 2. a

¡Cielos!! ¡dioses!! mis sentidos se hielan de horror!... ¿Por quéno me hundís una espada en el corazón?... ¡Mísero de mí!, la terrible fatalidad me acosa por todos lados!...

EL SIERVO

Sí; al morir, te hacía á tí el culpable de su muerte y de la de su hijo.

CREONTE

Pero, ¿cómo ha ocurrido su muerte?