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LA CAMPAÑA

El dia 15 nos reunimos en el hospital de las Heras, para auxiliar al Sr. Parés; en pocos momentos se vió llena una sala de cien camas que entonces se abria, y mientras nosotros rectificábamos ó renovábamos las curas, que por bien que se hagan en el campo (y bien se hacian), siempre se alteran y aun deshacen cuando la traslación es larga, los padres capuchinos de la mision de Tánger administraban los Santos Sacramentos á todos aquellos que les señalábamos como gravísimos.

De este modo los Médicos destinados al servicio de heridos, no estaban menos sobrecargados que los de coléricos. Las operaciones y curas que habian de practicarse, dieron Ocasion de mostrar á todos ellos, que no se ha olvidado el cuerpo de Sanidad de que su principal mision es la quirúrgica; los Sres. Sumsi y Calleja tuvieron ocasion de practicar algunas amputaciones de estremidades, entre ellas una de muslo, con tanta maestría como buen éxito. Sin embargo, se notaba con satisfaccion que el proyectil estárico y de menor calibre que de onza, usado por los marroquíes, pocas veces determinaba indicacion de amputación; lo que unido á la proverbial sobriedad de los Médicos españoles en el uso del cuchillo, hacía que el número de amputaciones en los hospitales fuera relativamente reducido, y que aun no se hubiera practicado ninguna en el campo,

No parece sino que el proyectil esférico sabe deslizarse al través de-las regiones más importantes del cuerpo, resbalando sobre los huesos, contorneando las arterias y venas, para salir por el opuesto lado sia causar ninguna lesion irremediable, mientras la hala cilindro-cónica destroza cuanto encuentra á su paso. Al estraer á algun moro la bala de nuestras carabinas, he podido apreciar esta notable diferen-