seguir literalmente su texto, y la severa condenación del Poeta contra los traidores, sólo alcanza á los traductores por demás independientes, que se emancipan de su espíritu y no se ajustan á su letra.
Sin dar á mi versión más valor que el de un ensayo, pienso que ella es hasta el presente, la más literal y la más fiel que se haya hecho, así en castellano como en otros idiomas, y que al reproducir según mi teoría expuesta, las formas del original con su fisonomía propia, refleja, aunque sea débilmente, el estilo dantesco, conservando la precisión de sus conceptos dentro de sus líneas, con sus mismos giros y palabras, en cuanto es posible en una interpretación en lengua extraña.
La analogía entre la lengua italiana y la castellana, ha facilitado en mucho la tarea del traductor, á la vez que el empleo de algunos arcaísmos, que eran comunes á ambas lenguas en la época del Dante.