Página:La Eneida - Dalmacio Velez Sarsfield y Juan de la Cruz Varela.pdf/58

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
57
LIBRO PRIMERO

¡oh Tirios! unios conmigo á celebrar esta reunion ".

Dijo, é hizo la libacion sobre la mesa, gustando primero de aquel licor con los estremos de sus lábios. Despues la presentó á Bicias incitandole á beber. Él con presteza vacia de un trago la espumosa copa y se inunda del vino. Luego, los otros Gefes hacen lo mismo.

lopas, el de la larga cabellera, repite en su lira de oro los cantos que le enseñó el grande Atlas. Canta la errante luna y los trabajos del Sol: el origen de los hombres y de los animales; como se forman las tempestades y los rayos. Canta á Arcturo, las lluviosas Hyadas y las dos Orsias: por qué los soles del invierno tan presto vayan á ocultarse en el mar, y por qué causa las lentas noches demoren tanto[1]. Los Tirios redoblan los aplausos y los siguen los Troyanos.

Entre tanto la infeliz Dido prolongaba la noche con diversas conversaciones, y bebia un largo amor, preguntando muchas cosas sobre Príamo y muchas de Héctor, ya con qué armas habia venido el hijo de la aurora, qué caballos eran esos de Diomedes; cuanto el valor de Aquiles; pero mas bien, "oh huésped, le dice, dinos desde el principio las insidias de los Griegos, las desgracias de los Troyanos, y tus peregrinaciones; pues que ya un sétimo verano te lleva errante en todas las tierras y por todos los mares",