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Júpiter envía un pernicioso sueño á Agamenón


CANTO II
SUEÑO.—PRUEBA.—BEOCIA Ó CATÁLOGO DE LAS NAVES


1 Las demás deidades y los hombres que en carros combaten, durmieron toda la noche; pero Júpiter no probó las dulzuras del sueño, porque su mente buscaba el medio de honrar á Aquiles y causar gran matanza junto á las naves aqueas. Al fin, creyendo que lo mejor sería enviar un pernicioso sueño al Atrida Agamenón, pronunció estas aladas palabras:

8 «Anda, pernicioso Sueño, encamínate á las veleras naves aqueas, introdúcete en la tienda de Agamenón Atrida, y dile cuidadosamente lo que voy á encargarte. Ordénale que arme á los aqueos de larga cabellera y saque toda la hueste: ahora podría tomar á Troya, la ciudad de anchas calles, pues los inmortales que poseen olímpicos palacios ya no están discordes, por haberlos persuadido Juno con sus ruegos, y una serie de infortunios amenaza á los troyanos.»

16 Tal dijo. Partió el Sueño al oir el mandato, llegó en un instante