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Muy velóz y altanero por sus armas
Lucientes como el Sol. Muy brevemente
Alcanza á Héctor divino, al mismo tiempo
Que retornaba del lugar en donde
Conversando habia estado con su esposa,
Y hablandole primero el bello Páris
De divino semblante, asi le dice:
„¡Oh venerable hermano mucho tiempo
„Tu ardor he detenido é impaciencia,
„Y aqui tan prontamente no he venido
„Como tú me dexaste prevenido.”
 El magnánimo Héctor le responde:
„¡Oh generoso Principe! ninguno
„Que júzgue de las cosas justamente
„Condenará tus bélicas empresas,
„Porque tienes valor: mas de ordinario
„Eres muy perezoso por tu culpa,
„Y no combates tanto como puedes.
„Mi corazon de pena está oprimido
„Al oír los sangrientos vituperios
„Que contra tí profieren los Troyanos,
„Que por tu causa sufren muchos males.
„Pero vamos al punto, y ya tendrémos
„Lugar de componer aquestas cosas,
„Si Jove nos concede que podamos