Esta página ha sido corregida
140
LA ISLA DEL TESORO
me cuenta de ello, me encontraba ya cerca del pie de uno de los pequeños picos, y habíame internado á una parte de la isla en que los árboles de la vida crecían más distantes unos de otros y se asemejaban más á verdaderos árboles de bosque por su corpulencia y dimensiones. Entremezclados con estos había uno que otro pino, algunos de ellos como de cincuenta pies de altura y otros como hasta de setenta. El aire tenía ya aquí también un olor más fresco que allá abajo cerca del pantano.
Pero al llegar á este sitio, una nueva alarma me esperaba, que me hizo sentir el corazón á punto de escapárseme del pecho.