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LA ISLA DEL TESORO
caballos. Mientras fuí á avisar á mi madre lo que iba yo á hacer ya las cabalgaduras estaban ensilladas.
—Dogger, dijo el Sr. Dance, tú llevas allí un buen caballo, ponte á este chiquillo en ancas.
No bien hube yo montado y asídome al cinturón de Dogger, el Inspector dió la señal de partida y toda la caravana se puso en movimiento saliendo al camino, á un trote bastante vivo, y cruzando el puente que nos sirvió de escondite, rumbo á la casa del Doctor Livesey.