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Colorido, y en la imitacion perfeƈta del Natural, por la mucha práƈtica que han tenido los Españoles de hacer retratos, que sin duda se pueden colocar al lado de los mas primorosos, en especial los de Velazquez, Pantoja y Murillo.

El soberbio retrato que representa al Rey Felipe á caballo, en el qual todo es admirable, (así se explica Mengs en la pag. 223) podrá sostener lo que decimos, é igualmente el del Papa Inocenio X que hizo en Roma, y se conserva en la Galería Doria, llevándose toda la atencion una sola media figura entre tantos quadros de los mejores Pintores Italianos que la rodean, por su admirable y viva execucion.

La nacion Francesa tal vez extrañará el elogio que aqui se hace de nuestros Pintores; pero mas extrañamos nosotros el silencio que observan por lo comun todas las obras suyas que tratan de las Bellas Artes á cerca de nuestros Profesores; y el tono decisivo con que se dice en algunas que no ha habido en España Pintor digno de fama, olvidándose de que era nuestra Península en tiempo de Felipe II y III, y aun mas adelante, el teatro de las Artes, como testifican las magníficas obras de Pintura, Escultura, y Arquiteƈtura, que en aquella época hicieron nuestros Artistas, de las quales unas se conservan en España, y otras entre los mismos extrangeros, que las han extraí-
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