espanto sobre los pueblos que habitan debajo de cualquier parte del cielo : de suerte que al oir tu nombre tiemblen , y como las mugeres que están de parto se estremezcan , y queden penetrados de dolor.
— 26 Envié pues mensageros desde el desierto de Cademoth á Selion , rey de Hesebon, con proposiciones pacíficas . diciendo [1] :
27 Pasaremos por tu tierra yendo por el camino real, sin torcer ni á la derecha ni á la izquierda.
28 Véndenos por su valor los víveres para nuestro sustento , y danos por nuestro dinero el agua que bebamos. Permítenos solamente el paso ,
29 como lo hicieron los hijos de Esaú que ha- bitan en Seir , y los moabitas que moran en Ar ; hasta que arribemos al Jordán , y entremos en la tierra que nos ha de dar el Señor Dios nuestro.
30 Mas no quiso Sehon, rey de Hesobon , concedernos el paso , por haber el Señor tu Dios permitido que tuviese endurecido su ánimo , y obstinado su corazon , á fin de entregarle en tus manos , como ahora ves.
31 Entonces me dijo el Señor : He aquí que he comenzado á entregarte á Sehon y su tierra : empieza tú á poseerla.[2]