9 la voz de tu garganta así deleita como el mas generoso vino, (—Esposa.) debido á mi amado para que le beba, y se saboree en él conservándole entre sus dientes y lábios.
10 Yo soy dichosa, porque soy toda de mi amado, y su corazon está siempre inclinado á mí.
11 Ea ven, querido esposo mio, salgamos al campo, moremos en las granjas [1].
12 Levantémonos de mañana para ir á las viñas, miremos si están en cierne las vides, si las flores brotan ya los frutos, si florecen los granados: allí te abriré con mas libertad mi corazon.
13 Las mandrágoras están despidiendo su fragancia [2]. Allí tenemos á nuestras puertas toda suerte de frutas exquisitas. Las nuevas y las añejas [3] todas las he guardado para ti, oh amado mio.
- ↑ Aquí pone el señor Bossnet el fin del dia quinto.
- ↑ Alude esta expresion figurada á la persuasion de la gente sobre la virtud de las mandrágoras. Véase Gen. XXX. v.14. Véase Escritura.
- ↑ Lo cual se dice para denotar una gran abundancia. Lev. XXVI. v.10.—Matth. XIII. v.52.
meja los dos pechos; los cuales, en sentido místico, representan los dos preceptos del amor de Dios y del prójimo, ó los dos Testamentos.