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SAN MATHEO.

estaba sentado entre vosotros enseñándoos en el Templo, y nunca me prendísteis.

56 Verdad es que todo esto ha sucedido para que se cumplan las escrituras de los Profetas. Entónces todos los discípulos, abandonándole, se huyeron.

57 Y los que prendieron á Jesus le condujeron á casa de Caiphás [1], que era Sumo pontífice en aquel año, donde los Escribas y los Ancianos estaban congregados.

58 Y Pedro le iba siguiendo de léjos, hasta llegar al palacio del Sumo pontífice. Y habiendo entrado, se estaba sentado con los sirvientes, para ver el paradero de todo esto.

59 Los príncipes pues de los sacerdotes, y todo el concilio andaban buscando algun falso testimonio contra Jesus, para condenarle á muerte;

60 y no le hallaban suficiente para esto, como quiera que muchos falsos testigos se hubiesen presentado. Por último aparecieron dos falsos testigos,

61 y dijeron: Este dijo: Yo puedo destruir el Templo de Dios, y reedificarle en tres dias.

62 Entónces, poniéndose en pié el Sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada á lo que deponen contra tí?

63 Pero Jesus permanecía en silencio. Y díjole el Sumo sacerdote: Yo te conjuro de parte de Dios vivo, que nos digas, si tú eres el Christo ó Mesías el Hijo de Dios.


  1. Despues de haberle pasado por la de Anás.