25 Por cierto os digo, que muchas viudas habia en Israél en tiempo de Elías [1], cuando el cielo estuvo sin llover tres años, y seis meses, siendo grande la hambre por toda la tierra;
26 y á ninguna de ellas fue enviado Elías, sino que lo fue á una muger viuda en Sarepta, ciudad gentil del territorio de Sidon.
27 Habia asimismo muchos leprosos en Israél en tiempo del Profeta Eliseo [2]; y ninguno de ellos fue curado por este Profeta, sino que lo fue Naaman natural de Syria.
28 Al oir estas cosas, todos en la synagoga montaron en cólera.
29 Y levantandose alborotados, le arrojaron fuera de la ciudad; y condujéronle hasta la cima del monte, sobre el cual estaba su ciudad edificada, con ánimo de despeñarle.
30 Pero Jesus, pasando por medio de ellos, iba su camino, ó se iba, retirando.
31 Y bajó á Capharnaum, ciudad de Galilea, donde enseñaba al pueblo en los dias de sábado.
32 Y estaban asombrados de su doctrina, porque su modo de predicar era de gran autoridad y poderío.
33 Hallábase en la synagoga cierto hombre poseido de un demonio inmundo, el cual gritó con grande voz,
34 diciendo: Déjanos en paz: ¿qué tenemos nosotros que ver contigo, oh Jesus nazareno? ¿has ve-