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SAN LUCAS.

quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel á quien el Hijo quisiere revelarlo.

23 Y vuelto á sus discípulos, dijo: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis.

24 Pues os aseguro que muchos Profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; como tambien oir las cosas que vosotros ois, y no las oyeron.

25 Levantóse entónces un doctor de la Ley, y díjole con el fin de tentarle: Maestro, ¿qué debo yo hacer para conseguir la vida eterna?

26 Díjole Jesus: ¿Qué es lo que se halla escrito en la Ley? ¿qué es lo que en ella lees?

27 Respondió el: Amarás al Señor Dios tuyo de todo tu corazon, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y al prójimo como á tí mismo.

28 Replicóle Jesus: Bien has respondido; haz eso, y vivirás.

29 Mas él, queriendo dar á entender que era justo, preguntó á Jesus: ¿Y quién es mi prójimo?

30 Entonces Jesus tomando la palabra, dijo: Bajaba un hombre de Jerusalem á Jerichô, y cayó en manos de ladrones, que le despojaron de todo, le cubrieron de heridas, y se fueron, dejándole medio muerto.

31 Bajaba casualmente por el mismo camino un sacerdote; y aunque le vió, pasóse de largo.

32 Igualmente un levita, á pesar de que se halló vecino al sitio y le miró, tiró adelante.