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SAN JUAN.

de verdad que procede del Padre, y que yo os enviaré de parte de mi Padre, él dará testimonio de mí;

27 y tambien vosotros daréis testimonio, puesto que desde el principio estais en mi compañía.

CAPÍTULO XVI.
Concluye Jesus la plática á sus apóstoles, previniéndolos contra las persecuciones que habian de padecer: les promete enviar al Espíritu santo, que convencerá al mundo, y les enseñará á ellos todas las verdades; y que el Padre les concederá cuanto le pidan en su nombre. Predice finalmente que todos ellos huirán, y le abandonarán aquella noche. (Matth. 7, 21, 26. Marc. 11, 14. Luc. 11.)

1 Estas cosas os las he dicho, para que no os escandalizeis [1] ni os turbeis.

2 Os echarán de las synagogas; y aun va á venir


  1. La palabra de Dios es el verdadero consuelo de los cristianos en las aflicciones, y un poderoso preservativo contra los escándalos. Al que está dispuesto para sufrir cualquier trabajo por Dios, ninguno le sorprende. Se engañan lastimosamente los que se lisonjean de hallar al mundo favorable á las verdades evangélicas, y de poder halagarle con las máximas de Jesu- Christo. La única presuncion saludable respecto del mundo es no esperar de él sino contradicciones, y no apoyarse sino en las fuerzas y en la bondad que inspira el Espíritu consolador que Jesus nos promete. La divisa del hombre carnal es vencer para no sufrir: la del cristiano es sufrir para vencer, ó morir para vivir.