7 Y levantóse, y fuese á su casa.
8 Lo cual viendo las gentes, quedaron poseidas de un santo temor, y dieron gloria á Dios, por haber dado tal potestad á los hombres.
9 Partido de aquí Jesus, vió á un hombre sentado al banco ó mesa de las alcabalas, llamado Matheo. Y le dijo: Sígueme. Y él levántandose luego, le siguió.
10 Y sucedió que estando Jesus á la mesa en la casa de Matheo, vinieron muchos publicanos y gentes de mala vida, que se pusieron á la mesa á comer con él, y con sus discípulos.
11 Y al verlo los Fariseos, decian á sus discípulos: ¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?
12 Mas Jesus oyéndolo, les dijo: No son los que están sanos, sino los enfermos, los que necesitan de médico.
13 Id pues á aprender lo que significa: Mas estimo la misericordia, que el sacrificio [1]. Porque los pecadores son, y no los justos, á quienes he venido yo á llamar á penitencia.
14 Entonces se presentaron á Jesus los discípulos de Juan, y le dijeron: ¿Cuál es el motivo por que, ayunando frecuentemente nosotros y los Fariseos, tus discípulos no ayunan?
15 Respondióles Jesus: ¿Acaso los amigos del esposo pueden andar afligidos ó llorosos, mientras el