23 Venido Jesus a la casa de aquel hombre principal, y viendo a los tañedores de flautas ó música fúnebre, y el alboroto de la gente, decia:
24 Retiráos, pues no está muerta la niña, sino dormida. Y hacian burla de él.
25 Mas echada fuera la gente, entró, y la tomó de la mano. Y la niña se levantó.
26 Y divulgóse el suceso por todo aquel pais.
— 27 Partiendo Jesus de aquel lugar, le siguieron dos ciegos, gritando, y diciendo: Hijo de David, ten compasion de nosotros.
28 Luego que llegó a casa, se le presentaron los ciegos. Y Jesus les dijo: ¿Creeis que yo puedo hacer eso que me pedis? Dícenle: Sí, Señor.
29 Entónces les tocó los ojos, diciendo: Segun vuestra fé así os sea hecho.
30 Y se les abrieron los ojos; mas Jesus los conminó, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
31 Ellos sin embargo al salir de allí, lo publicaron por toda la comarca.
32 Salidos estos, le presentaron un mudo [1], endemoniado.
Y arrojado el demonio, habló el mudo, y las gentes se llenaron de admiracion, y decian: Jamás se ha visto cosa semejante en Israel.
- ↑ La palabra griega χωφὸς significa sordo, aunque denota tambien el ser mudo. Véase el Diccionario de Escápula.