31 Mientras estaban tratando de matarle, fue avisado el tribuno de la cohorte, de que toda Jerusalem estaba alborotada.
32 Al punto marchó con los soldados y centuriones, y corrió á donde estaban. Ellos al ver al tribuno y la tropa, cesaron de maltratar á Pablo.
33 Entónces llegando el tribuno le prendió, y mandóle asegurar con dos cadenas [1]; y preguntaba quién era, y qué habia hecho.
34 Mas en aquel tropel de gente quién gritaba una cosa, y quién otra. Y no pudiendo averiguar lo cierto á causa del alboroto, mandó que lo condujesen á una fortaleza [2].
35 Al llegar á las gradas, fue preciso que los soldados le llevasen en peso á causa de la violencia del pueblo.
36 Porque le seguia el gentío, gritando: Que muera.
37 Estando ya Pablo para entrar en la fortaleza, dijo al tribuno: ¿No podré hablarte dos palabras? A lo cual respondió el tribuno: ¿Qué, sabes tú hablar en griego?
38 ¿Pues no eres tú el egypcio que los dias pasados
- ↑ Antes v. 11. y cap. XII. v. 6.
- ↑ O torre llamada Antonia, contigua al Templo, donde estaban las tropas que guarnecian á Jerusalem. Joseph. De bello jud. VI. c. 6.
lable. Pero como san Pablo, segun ellos, era blasfemo, creyeron que no debía gozar de él.