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CAPÍTULO XIII.

20 Antes bien si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber: que con hacer eso, amontonarás ascuas encendidas sobre su cabeza [1].

21 No te dejes vencer del mal ó del deseo de venganza; mas procura vencer al mal con el bien, ó á fuerza de beneficios.

CAPÍTULO XIII.
Recomienda la sujecion á los superiores, y á las potestades civiles. El amor del prójimo es el compendio de la Ley. Imitacion de Jesu-Christo.

1 Toda persona esté sujeta á las potestades superiores [2]: Porque no hay potestad que no provenga de Dios; y Dios es el que ha establecido las que hay en el mundo.

2 Por lo cual quien desobedece á las potestades, á la ordenacion ó voluntad de Dios desobedece. De consiguiente los que tal hacen, ellos mismos se acarrean la condenacion;

3 mas los príncipes ó magistrados no son de temer por las buenas obras que se hagan, sino por las malas. ¿Quieres tú no tener que temer nada de aquel que


  1. Que le encenderán en amor tuyo, ó llenarán de confusion y rubor. Deut. XXXII. v.35.—Proverb. XXV. v.21.
  2. Obedezca sus preceptos, como no sean contra los de Dios.