mento en mi sangre [1]: haced esto cuantas veces le bebiéreis, en memoria mia.
26 Pues todas las veces que comiéreis este pan, y bebiéreis este cáliz, anunciaréis ó representaréis la muerte del Señor hasta que venga.
27 De manera que cualquiera que comiere este pan, ó bebiere el cáliz del Señor indignamente, reo será del cuerpo, y de la sangre del Señor.
28 Por tanto examínese á sí mismo el hombre; y de esta suerte [2] coma de aquel pan, y beba de aquel Cáliz.
29 Porque quien le come, y bebe indignamente, se traga, y bebe su propia condenacion [3]; no haciendo el debido discernimiento del cuerpo del Señor.
30 De aquí es que hay entre vosotros muchos enfermos, y sin fuerzas, y muchos que mueren [4].
31 Que si nosotros entrásemos en cuentas con nosotros mismos, ciertamente no seriamos así juzgados por Dios.
32 Si bien cuando lo somos, el Señor nos castiga como á hijos, con el fin de que no seamos condenados juntamente con este mundo.
33 Por lo cual, hermanos mios, cuando os reunís para esas comidas de caridad, esperáos unos á otros.