58 Y apedreaban á Estéban, el cual estaba orando, y diciendo: Señor Jesus, recibe mi espíritu.
59 Y poniéndose de rodillas, clamó en alta voz: Señor, no les hagas cargo de este pecado. Y dicho esto, durmió en el Señor. Saulo empero habia consentido como los otros á la muerte de Esteban.
1 Por aquellos dias se levantó una gran persecucion contra la Iglesia de Jerusalem, y todos los discípulos, ménos los apóstoles, se desparramaron por vários distritos de Judea y de Samaria.
2 Mas algunos hombres timoratos cuidaron de dar sepultura á Estéban, en cuyas exequias hicieron gran duelo [1].
3 Entre tanto Saulo iba desolando la Iglesia, y entrándose por las casas, sacaba con violencia á hombres y mugeres, y los hacia meter en la cárcel.
4 Pero los que se habian dispersado, andaban de un lugar á otro, predicando la palabra de Dios.
5 Entre ellos Phelippe, habiendo llegado á la ciudad de Samaria, les predicaba á Jesu-Christo.
6 Y era grande la atencion con que todo el pueblo