Ley juzga ó condena [1]. Mas si tú Juzgas á la Ley. ya no eres observador de la Ley, sino que te haces juez de ella.
12 Uno solo es el legislador y el Juez, que puede salvar y puede perder.
13 Tú empero ¿quien cres, para juzgal á tu prójimo? Hé aquí que vosotros andais diciendo: Hoy ó mañana irémos á tal ciudad, y pasaremos allí un año, y negociarémos, y aumentaremos el caudal:
14 esto decís vosotros, que ignorais lo que sucederá mañana.
15 Porque ¿que cosa es vuestra vida? un vapor que por un poco de tiempo aparece, y luego desaparece. En vez de decir: Queriendo Dios; y: Si viviéremos, harémos esto, ó aquello.
16 Mas ahora todo al contrario os estais regocijando en vuestras vanas presunciones [2]. Toda presuncion, ó jactancia semejante, es perniciosa.
17 En fin quien conoce el bien que debe hacer, y no le hace, por lo mismo peca.